LA
REVOLUCION MEXICANA
La Revolución mexicana fue un
conflicto armado que tuvo lugar en México, dando inicio el 20 de noviembre de 1910.
Históricamente, suele ser referido como el acontecimiento político y social más
importante del siglo XX en México. La revolución mexicana buscaba la justicia
social. Se presentaban frecuentemente condiciones que hacían necesarias luchas para buscar
soluciones que los beneficiaran, es decir, se hacían procesos revolucionarios
que resolvieran las contradicciones de
sociedad nacional radicalmente las estructuras económicas, políticas y sociales
del país. Sin su análisis no puede entenderse el proceso de modernización
seguido por el país ni las características que adoptó su desarrollo al lo largo
de esta centuria.
Por las fuerzas motrices que la hicieron posible campesinos, indígenas y obreros y por Francisco I Madero. La Revolución tuvo un carácter eminentemente popular; encarnó asimismo importantes demandas políticas y sociales surgidas de la opresión, la injusticia y la desigualdad acumuladas por más de 30 años de dictadura. Por los objetivos que se trazó, la Revolución fue un movimiento primordialmente democrático, ya que luchó por las libertades y derechos sistemáticamente conculcados por la elite porfirista: libertades de expresión, de manifestación y de creencias, el sufragio efectivo, el derecho de huelga, la educación gratuita, el derecho a la tierra, etc. Siendo la educación pública, laica y gratuita uno de los más importantes logros del movimiento revolucionario iniciado hace 90 años, es relevante referir las vicisitudes históricas por las que aquélla tuvo que pasar hasta cristalizar en lo que es hoy el complejo sistema educativo nacional.
La Revolución se caracteriza fundamentalmente por el decidido esfuerzo de un pueblo para lograr, de manera violenta, el cambio radical en las estructuras económicas políticas y sociales, con el fin de obtener mejores condiciones de vida.
Como consecuencia del establecimiento del régimen colonial en México se produjeron grandes diferencias entre los diversos sectores de la población, por tal motivo, desde entonces se han presentado condiciones que hacen necesaria la lucha para buscar soluciones que beneficien a la población, es decir, se han iniciados procesos revolucionarios para resolver las condiciones de la sociedad nacional.
Un ejemplo de estos intentos de transformación es la lucha de independencia, la cual tenía como fin que nuestro país obtuviera la separación política de España.
Otro caso es la guerra de Reforma que se desencadenó debido a que nuestro gobierno independiente no fue capaz de dar solución a los problemas heredados de la época colonial. Esta Guerra tuvo como objetivos fundamentales destruir las viejas estructuras políticas y sociales existentes hasta entonces y crear un Estado de corte moderno. En la eclosión revolucionaria, el rubro educativo fue motivo de honda preocupación, no obstante que en los planes revolucionarios más importantes (San Luís, de Guadalupe, de Ayala, etc.) no se explicitaban demandas sobre la materia. Sin embargo, el Programa del Partido Liberal de los hermanos Flores Mogón y otros precursores de la Revolución sí recogió puntualmente este aspecto. En él se plantea la multiplicación de las escuelas primarias, la obligación de impartir enseñanza laica, la obligatoriedad de la instrucción hasta los 14 años y la importancia de pagar salarios decorosos a los maestros. En la etapa de escisión del movimiento, la Soberana Convención Revolucionaria de abril de 1916 incluyó en su Programa de Reformas Político-Sociales la necesidad de establecer escuelas rudimentarias en toda la república, fundar escuelas normales en cada estado y elevar las percepciones de los profesores. Como es lógico entender, los años de conflagración son significativamente adversos para el desarrollo de la tarea educativa; sin embargo, en el período previo a la aprobación de la Constitución de 1917, que le dio un cobijo muy relevante al rubro educativo, en los diversos pronunciamientos, leyes y programas que se emitieron en medio de la guerra entre las facciones, se aprecian plausibles esfuerzos orientados a lograr que el pueblo tuviera acceso a la enseñanza. En las efímeras administraciones de León de la Barra y Francisco I. Madero es cuando se organiza la escuela rudimentaria, al amparo de la ley aprobada en 1911, la cual, a pesar de su fracaso, representa los primeros intentos serios por extender los beneficios de la escuela hacia las clases campesinas y núcleos indígenas dispersos por toda el país, orientado esto a alcanzar la unidad nacional, elemento indispensable para impulsar el desarrollo económico del país. En su informe rendido al Congreso de la Unión el primero de abril de 1912, el presidente Madero refería que el Ejecutivo dedicaba especial cuidado a la enseñanza, dictando las medidas más oportunas para obtener un buen servicio. Señalaba que ya se había empezado a poner en práctica el decreto del 1§. De junio de 1911 referido al establecimiento de las escuelas de instrucción rudimentaria en toda la República. Madero le dio impulso a la instalación de estas escuelas, pero estaba consciente de las grandes dificultades presupuestales que afectaban severamente la realización de esta ingente tarea. A pesar de la situación de guerra que se vivía, Madero informaba al Congreso el 12 de septiembre de 1912, que la Secretaría del ramo había emprendido "importantes estudios sobre la mejor forma de organizar y establecer, de manera definitiva, y con el mayor provecho y extensión posibles, las escuelas rudimentarias en todo el país; tiene en obra la revisión...de los programas de enseñanza de las Escuelas Primarias y Normales y de la Escuela Preparatoria, para conformarlos mejor con las exigencias de la moderna Pedagogía, la que, como es sabido, persigue un triple fin educacional, científico y práctico, con el que, a más de la cultura y la ilustración del individuo, se obtiene la preparación conveniente de éste para bastarse en la lucha de la existencia y ser un factor de provecho en la obra colectiva del progreso nacional...".En pleno enfrentamiento bélico, entre 1910 y el Constituyente de Querétaro, la preocupación por la educación no disminuyó, realizándose varios encuentros nacionales para debatir y ventilar sus más acuciantes problemas: unificación, federalización, organización, financiamiento, materiales y métodos. Los más importantes congresos y asambleas realizados en ese lapso fueron: I Congreso Nacional de Educación Primaria (CNEP), reunido del 13 al 24 de septiembre de 1910 en la Ciudad de México, a convocatoria del ministro Sierra; II Congreso Nacional de Educación Primaria, celebrado en septiembre de 1911 en la capital del país, convocado por el ministro Vázquez Gómez e inaugurado por el presidente interino León de la Barra; III Congreso Nacional de Educación Primaria, convocado por José Ma. Pino Suárez y el gobierno de Veracruz, que se realizó a mediados de 1912 en Jalapa; IV Congreso Nacional de Educación Primaria, con los auspicios del gobierno del estado de San Luís Potosí y la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, a cargo del Lic. José Ma. Lozano, que se realizó a partir del 1§. De octubre de 1913 en ese estado; Congreso Nacional de Educación, celebrado en la ciudad de México a mediados de 1914, convocado por la Secretaría a cargo de Félix F. Palavicini.
El gobierno de la Soberana Convención, paralelo y rival del régimen de Carranza, promulgó en noviembre de 1915 la Ley sobre Generalización de la Enseñanza, en la que se declara que la Enseñanza Nacional es de la competencia del Gobierno Federal, estipulándose igualmente que será gratuita, obligatoria y laica. Uno de estos intentos de transformación se dio con la lucha de independencia, que buscaba en esencia nuestra separación política de España. Como nuestros gobiernos independientes no habían sido capaces, hacia 1850, de dar solución a los graves problemas heredados de la época colonial, se hizo inaplazable promover un cambio, el cual se realizo mediante la llamada Guerra de Reforma. Según nuestros antecedentes históricos el significado que se le da a la Guerra de Reforma de México o también conocida como la Guerra de los Tres Años, transcurrió desde el 17 de diciembre de 1857 hasta el 1 de enero de 1861, que culmina con la entrada de Juárez a la capital del país. Fue el conflicto armado que enfrentó a los dos bandos en que se encontraba dividida la sociedad mexicana: liberales y conservadores. Cuyos objetivos fundamentales eran destruir las caducas estructuras políticas sociales existentes hasta entonces y crear un estado de corte moderno. La separación de la iglesia y del Estado. Asa como el surgimiento de México como nación. Después de esta revolución se instalo en México el régimen porfirista.
Por las fuerzas motrices que la hicieron posible campesinos, indígenas y obreros y por Francisco I Madero. La Revolución tuvo un carácter eminentemente popular; encarnó asimismo importantes demandas políticas y sociales surgidas de la opresión, la injusticia y la desigualdad acumuladas por más de 30 años de dictadura. Por los objetivos que se trazó, la Revolución fue un movimiento primordialmente democrático, ya que luchó por las libertades y derechos sistemáticamente conculcados por la elite porfirista: libertades de expresión, de manifestación y de creencias, el sufragio efectivo, el derecho de huelga, la educación gratuita, el derecho a la tierra, etc. Siendo la educación pública, laica y gratuita uno de los más importantes logros del movimiento revolucionario iniciado hace 90 años, es relevante referir las vicisitudes históricas por las que aquélla tuvo que pasar hasta cristalizar en lo que es hoy el complejo sistema educativo nacional.
La Revolución se caracteriza fundamentalmente por el decidido esfuerzo de un pueblo para lograr, de manera violenta, el cambio radical en las estructuras económicas políticas y sociales, con el fin de obtener mejores condiciones de vida.
Como consecuencia del establecimiento del régimen colonial en México se produjeron grandes diferencias entre los diversos sectores de la población, por tal motivo, desde entonces se han presentado condiciones que hacen necesaria la lucha para buscar soluciones que beneficien a la población, es decir, se han iniciados procesos revolucionarios para resolver las condiciones de la sociedad nacional.
Un ejemplo de estos intentos de transformación es la lucha de independencia, la cual tenía como fin que nuestro país obtuviera la separación política de España.
Otro caso es la guerra de Reforma que se desencadenó debido a que nuestro gobierno independiente no fue capaz de dar solución a los problemas heredados de la época colonial. Esta Guerra tuvo como objetivos fundamentales destruir las viejas estructuras políticas y sociales existentes hasta entonces y crear un Estado de corte moderno. En la eclosión revolucionaria, el rubro educativo fue motivo de honda preocupación, no obstante que en los planes revolucionarios más importantes (San Luís, de Guadalupe, de Ayala, etc.) no se explicitaban demandas sobre la materia. Sin embargo, el Programa del Partido Liberal de los hermanos Flores Mogón y otros precursores de la Revolución sí recogió puntualmente este aspecto. En él se plantea la multiplicación de las escuelas primarias, la obligación de impartir enseñanza laica, la obligatoriedad de la instrucción hasta los 14 años y la importancia de pagar salarios decorosos a los maestros. En la etapa de escisión del movimiento, la Soberana Convención Revolucionaria de abril de 1916 incluyó en su Programa de Reformas Político-Sociales la necesidad de establecer escuelas rudimentarias en toda la república, fundar escuelas normales en cada estado y elevar las percepciones de los profesores. Como es lógico entender, los años de conflagración son significativamente adversos para el desarrollo de la tarea educativa; sin embargo, en el período previo a la aprobación de la Constitución de 1917, que le dio un cobijo muy relevante al rubro educativo, en los diversos pronunciamientos, leyes y programas que se emitieron en medio de la guerra entre las facciones, se aprecian plausibles esfuerzos orientados a lograr que el pueblo tuviera acceso a la enseñanza. En las efímeras administraciones de León de la Barra y Francisco I. Madero es cuando se organiza la escuela rudimentaria, al amparo de la ley aprobada en 1911, la cual, a pesar de su fracaso, representa los primeros intentos serios por extender los beneficios de la escuela hacia las clases campesinas y núcleos indígenas dispersos por toda el país, orientado esto a alcanzar la unidad nacional, elemento indispensable para impulsar el desarrollo económico del país. En su informe rendido al Congreso de la Unión el primero de abril de 1912, el presidente Madero refería que el Ejecutivo dedicaba especial cuidado a la enseñanza, dictando las medidas más oportunas para obtener un buen servicio. Señalaba que ya se había empezado a poner en práctica el decreto del 1§. De junio de 1911 referido al establecimiento de las escuelas de instrucción rudimentaria en toda la República. Madero le dio impulso a la instalación de estas escuelas, pero estaba consciente de las grandes dificultades presupuestales que afectaban severamente la realización de esta ingente tarea. A pesar de la situación de guerra que se vivía, Madero informaba al Congreso el 12 de septiembre de 1912, que la Secretaría del ramo había emprendido "importantes estudios sobre la mejor forma de organizar y establecer, de manera definitiva, y con el mayor provecho y extensión posibles, las escuelas rudimentarias en todo el país; tiene en obra la revisión...de los programas de enseñanza de las Escuelas Primarias y Normales y de la Escuela Preparatoria, para conformarlos mejor con las exigencias de la moderna Pedagogía, la que, como es sabido, persigue un triple fin educacional, científico y práctico, con el que, a más de la cultura y la ilustración del individuo, se obtiene la preparación conveniente de éste para bastarse en la lucha de la existencia y ser un factor de provecho en la obra colectiva del progreso nacional...".En pleno enfrentamiento bélico, entre 1910 y el Constituyente de Querétaro, la preocupación por la educación no disminuyó, realizándose varios encuentros nacionales para debatir y ventilar sus más acuciantes problemas: unificación, federalización, organización, financiamiento, materiales y métodos. Los más importantes congresos y asambleas realizados en ese lapso fueron: I Congreso Nacional de Educación Primaria (CNEP), reunido del 13 al 24 de septiembre de 1910 en la Ciudad de México, a convocatoria del ministro Sierra; II Congreso Nacional de Educación Primaria, celebrado en septiembre de 1911 en la capital del país, convocado por el ministro Vázquez Gómez e inaugurado por el presidente interino León de la Barra; III Congreso Nacional de Educación Primaria, convocado por José Ma. Pino Suárez y el gobierno de Veracruz, que se realizó a mediados de 1912 en Jalapa; IV Congreso Nacional de Educación Primaria, con los auspicios del gobierno del estado de San Luís Potosí y la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, a cargo del Lic. José Ma. Lozano, que se realizó a partir del 1§. De octubre de 1913 en ese estado; Congreso Nacional de Educación, celebrado en la ciudad de México a mediados de 1914, convocado por la Secretaría a cargo de Félix F. Palavicini.
El gobierno de la Soberana Convención, paralelo y rival del régimen de Carranza, promulgó en noviembre de 1915 la Ley sobre Generalización de la Enseñanza, en la que se declara que la Enseñanza Nacional es de la competencia del Gobierno Federal, estipulándose igualmente que será gratuita, obligatoria y laica. Uno de estos intentos de transformación se dio con la lucha de independencia, que buscaba en esencia nuestra separación política de España. Como nuestros gobiernos independientes no habían sido capaces, hacia 1850, de dar solución a los graves problemas heredados de la época colonial, se hizo inaplazable promover un cambio, el cual se realizo mediante la llamada Guerra de Reforma. Según nuestros antecedentes históricos el significado que se le da a la Guerra de Reforma de México o también conocida como la Guerra de los Tres Años, transcurrió desde el 17 de diciembre de 1857 hasta el 1 de enero de 1861, que culmina con la entrada de Juárez a la capital del país. Fue el conflicto armado que enfrentó a los dos bandos en que se encontraba dividida la sociedad mexicana: liberales y conservadores. Cuyos objetivos fundamentales eran destruir las caducas estructuras políticas sociales existentes hasta entonces y crear un estado de corte moderno. La separación de la iglesia y del Estado. Asa como el surgimiento de México como nación. Después de esta revolución se instalo en México el régimen porfirista.
LA ESCUELA DURANTE LA REVOLUCIÓN 1911-1917
Durante la revolución
mexicana, la educación tuvo un escaso desarrollo, debido a la gran
inestabilidad. Sin embargo, en algunos lugares surgen caudillos liberales, interesados
en mejorar la calidad de vida de los mexicanos y debido a esto algunos estados
de la República
se volvieron autónomos en el ámbito educativo tal fue el caso de Yucatán,
Durango, Tabasco y Coahuila, pese a las dificultades económicas, cada uno busco
destacar en este, creando escuelas y ampliando el numero de profesores,
mientras los gobernadores revolucionarios impulsaron leyes que favorecieron la
educación popular.
La primera obra educativa de importancia que se llevó a cabo es la aparición de las escuelas rudimentarias establecidas por el presidente Francisco León de la Barra el 1º de junio de 1911. La finalidad de dichas instituciones era el enseñar principalmente a los individuos de raza indígena a hablar, escribir y leer en castellano; así como a ejecutar las operaciones de cálculo más usuales. Su duración era de dos cursos...
La primera obra educativa de importancia que se llevó a cabo es la aparición de las escuelas rudimentarias establecidas por el presidente Francisco León de la Barra el 1º de junio de 1911. La finalidad de dichas instituciones era el enseñar principalmente a los individuos de raza indígena a hablar, escribir y leer en castellano; así como a ejecutar las operaciones de cálculo más usuales. Su duración era de dos cursos...
Régimen porfirista
En la Historia
de México, se denomina Porfirismo o Porfiriato, según el autor, al periodo de
30 años durante el cual gobernó el país el general Porfirio Díaz en forma
intermitente desde 1876 (al término del gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada),
con la interrupción del presidente Manuel González, quien gobernó de 1880 a 1884, hasta mayo de
1911, en que renunció a la presidencia por la fuerza de la Revolución mexicana
encabezada por Francisco I. Madero, Francisco Villa, Emiliano Zapata y los
hermanos Flores Magón. El Porfiriato fue un periodo que provocó grandes desigualdades
entre la población mexicana, y generó estabilidad económica y política al costo
de la concentración de la riqueza en un pequeño grupo y la supresión de
numerosas libertades civiles. Presintiendo que el presidente Lerdo de Tejada
intentaría reelegirse, Porfirio Díaz volvió a levantarse en armas. Formado en
las Luchas por la Reforma
y contra la intervención extranjera, Díaz gozaba de gran prestigio entre los
militares y de renombre en los círculos políticos del país. Con el triunfo del Plan de Tuxtepec,
el cual lo llevó a la
Presidencia de México para gobernar el periodo que comprende
de 1876 a
1911 con un breve intermedio durante el gobierno de González. En los 31 años
del Porfiriato se construyeron en México
más de 19 000
kilómetros de vías férreas con la inversión extranjera;
el país quedó comunicado por la red telegráfica; se realizaron inversiones de
capital extranjero y se impulsó la industria nacional. A partir de 1893 se
sanearon las finanzas, se mejoró el crédito nacional y se alcanzó gran
confianza en el exterior, y se organizó el sistema bancario, que se invalidó
durante la década de 1940, en el gobierno de Río. En este periodo se continuó
el esfuerzo iniciado con Manuel González por superar la educación en
todos sus niveles; hombres de la talla de Joaquín Baranda,
Ezequiel Chávez, Enrique C. Rébsamen, Ignacio Manuel Altamirano y Justo Sierra Méndez le dieron lustre a este
proceso que incluyó desde los jardines de niños hasta la educación superior,
pasando por la formación de maestros. Aunque Porfirio Díaz reiteraba que ya el
país se encontraba listo para la democracia,
realmente nunca quiso dejar el poder y en 1910, a la edad de 80 años,
presentó su candidatura para una nueva reelección, la cual fue rechazada por el
público obrero. Ante estos hechos, Francisco I. Madero convocó a la rebelión, la
cual surgió el 20 de noviembre de ese año, y terminó con la
entrada triunfal a la ciudad, derrotando al dictador. Chihuahua fue el
principal escenario de las derrotas porfiristas ya que Pancho Villa
y Pascual Orozco conquistaron Ciudad Guerrero,
Mal Paso, venció en la batalla de Casas Grandes, Chihuahua
y la toma de Ciudad Juárez, por el Sur, Emiliano
Zapata al frente de sus tropas campesinas, amagaban la capital y derrotaron en Cuautla
el 5to. Regimiento de Oro (el mejor batallón del ejército federal) aunque
irrelevantes en el plano militar, fueron las batallas que facilitaron el camino
de los revolucionarios hacia la victoria contra la dictadura. Habiendo tenido
esos fracasos en el terreno militar y otros en el plano de las negociaciones,
Díaz prefirió renunciar a la presidencia y abandonó el país en mayo de
1911.Movimiento social que trastocó las estructuras sociales, políticas y
económicas de México. En la primera década del presente siglo la dictadura
había gestado las condiciones para la nueva revolución, un momento amplio y
vigoroso cuyas repercusiones podían predecirse, pues un tanto que los ricos hacendados
nacionales trataban de capturar el poder político para abrirse pasó a la vida
económica del país. Es lógico pensar que la educación debe poseer esta
característica y contribuir a formar a las nuevas generaciones dentro de esa
filosofía: por consiguiente, el contenido educativo y su organización deben
coincidir con los propósitos de la revolución. si esta es popular debe serlo
también la educación, que deberá estar al servicio de las mayorías y
constituirse en un instrumento de lucha contra él estancamiento económico,
político, cultural y social en que vive nuestro pueblo. La educación debe
despertar las conciencias de los hombres para liberarlos.
MADERISMO
En un principio no se
comprometió Francisco I. Madero, pues continuó con la
esperanza de que algún día el general Bernardo Reyes, quien lo había apoyado en su
lucha contra Garza Galán, regresara al país a suceder a Porfirio Díaz. Al ver que esto no sucedía, y cercanas las
elecciones presidenciales, decidió adherirse al maderismo, exiliándose en San Antonio, Texas, y comprometiéndose a acudir al llamado
de las armas. Aunque no llegó a penetrar el estado como rebelde, fue designado
por Francisco I. Madero como gobernador de Coahuila.
Luego lo nombró secretario de Guerra y Marina en su gabinete provisional de Ciudad Juárez, a pesar de ser un civil. Fue ratificado en su
cargo de gobernador de Coahuila, para el que poco después fue electo.
Como gobernador de su estado, organizó fuerzas auxiliares que impidieron el
paso de los rebeldes orozquistas a Coahuila
en1912.
ANTECEDENTES DE LA ESCUELA POPULAR
En
1890 algunos miembros del congreso nacional de la instrucción política se
percataron de que un alto porcentaje de mexicanos vivía bajo un humillante y
justicia social, que la riqueza no hallaba concentrada en pocas manos y que la
enseñanza publica estaba reservada para los privilegiados en las grandes
poblaciones y ciudades. Esto hizo que aun antes de iniciarse la revolución de
1910 surgieran en nuestro país las primeras ideas entorno a una escuela
popular. Esto seria el medio idóneo para llevar la educación al todo el país,
los supremos ideales de la educación mexicana debían ser la libertad y la
nacionalidad y el instrumento para lograrlo la escuela popular. Los cambios más relevantes que registra la
educación corresponden, generalmente, con las transformaciones sociales que
emanan de las revoluciones que además ocurren en el ámbito de la ciencia y la
tecnología, así como de las transformaciones en las estructuras económicas y
políticas, esto es, en los ilimitados campos de la cultura. Ahora bien, cuando
esta revolución en la educación se vincula con los cambios en otras
instituciones sociales en que se apoya, tenemos resultados que se tornan imperecederos,
explica Mejía Zúñiga. Como antecedente importante tenemos a la escuela
lancasteriana, que nació en el seno mismo del imperio iturbidista con una
concepción diferente de educación. Tampoco podemos descartar o dejar de lado la
dinámica administración de Valentín Gómez Farías, o del doctor Mora, quienes
plasmaron en normas del derecho positivo la filosofía educativa de la naciente
nación, en la época pos independentista, y que se manifestó a partir de la
revolución de Ayutla, que se expresó jurídicamente en la Constitución Política
de 1857. Según la comisión de enseñanza elemental obligatoria del propio
congreso, formada por los maestros
Enrique C. Rebsamen, Miguel E. Martínez y Manuel zayas proponía que en
lugar de en lugar de hablar de
“enseñanza elemental”, se dijera
“educación popular”. Con este cambio se quería significar el espíritu
que debía animar a la educación en
México: el de la unificación nacional por medio de la educación. La nación
debía incorporar a todos sus miembros mediante la instrucción pública y
obligatoria. La palabra popular es mas comprensible por que no determina el
grado especifico de enseñanza sino que refiere a la cultura general que se
considera como un mínimo indispensable
para el pueblo en todos los países civilizados como nuestros trabajos tienden
no solamente tal cual grado de enseñanza, sino a elevar el nivel de la cultura
popular. Gracias a la dictadura de Porfirio Díaz, que pone al poder al servicio
de los explotadores del pueblo el trabajador mexicano ha sido reducido la
condición mas miserable, en donde quiera que prestan sus servicios, obligado ha
desempeñar una dura labor de muchas horas, por un jornal de unos cuantos
centavos. El capitalista impone su apelación las indicciones del trabajo que
siempre son desastrosas para el obrero y este tiene que aceptarlas por dos
razones: primero la miseria lo hace trabajar a cualquier precio, segundo si se
revela contra el abuso del rico las bayonetas de la dictadura se encargara de
someterlo. Así es como el trabajador mexicano acepta las jornadas de 12 o más
horas diarias por salarios menores de 75 centavos, y además debe tolerar que
los patrones le descuenten de su infeliz jornal diversas cantidades para culto
católico, fiestas religiosas y cívicas y otros conceptos, aparte por las multas
que por cualquier pretexto se le impone. Una educación para la libertad es lo
que se considera necesario para dar fin a la tiranía y al obscurantismo. La
necesidad de crear nuevas escuelas hasta dotar el país con todas las que
reclame toda su población escolar. La escuela laica preconiza todo lo contrario
de la supresión de las escuelas del clero, la escuela laica se inspira en un
elevado patriotismo ajeno a mesquisidades religiosas, que tiene por lema la
verdad, es la única que puede hacer por los mexicanos el pueblo ilustrado,
fraternal y fuerte del mañana.
ESCUELAS LANCASTERIANAS
Un
solo maestro podía enseñar de 200 hasta 10000 alumnos, con los que bajaba el
costo de la educación.
Los
alumnos eran divididos en pequeños grupos de 10; cada grupo recibía la
Instrucción
de un monitor o instructor, que era un niño de más edad, y más capacidad,
previamente preparado por el director de la escuela.
Las
asignaturas que se impartían eran: escritura, lectura, aritmética y además se
les enseñaba doctrina Cristiana.
Desde
la entrada del niño a la escuela hasta su salida por la tarde, sus actividades
estaban controladas por una serie de requisitos, ordenes, premios y castigos.
En
las escuelas era común que las ventanas estuvieran rotas y tapadas con bastidores
de madera.
Algunas
escuelas tenían baño, que consistía de un cajón, pero la mayor parte optaba por
dejar a los niños salir a la calle provocando quejas de las autoridades
municipales.
En
las paredes había un Santo Cristo de madera y alrededor del cuarto se
suspendían grandes carteles para la enseñanza de la lectura y la aritmética.
Un
día común en una escuela Lancasteriana era de 6 o 7 horas de clase, con un
descanso de dos horas al medio día para comer en casa.
Al
entrar a la escuela en la mañana, el niño se formaba en línea con sus
compañeros de clase para la inspección de: cara, manos y uñas, su ropa debía
estar limpia, sus zapatos o pies sin lodo.
Para
escribir se usaban pluma de ave que habían sido cortadas y preparadas por el
director de la escuela. La tinta se hacía de huizache y caparrosa y costaban un
real cada cuartilla (equivalente a 4.033 Litros). El papel generalmente era de
un tipo llamado de Holanda o a veces era de maguey.
Los
utensilios de enseñanza presentaban un gasto fuerte, ya que equivalían a una
tercera parte del presupuesto mensual de 8 pesos destinados a los utensilios
(arena, pizarrines y plumas).
Divisas
de mérito y castigo, unas tarjetas o planchuelas de madera que el director
colgaba con una cuerda al cuello del niño.
Horario
de la mayor parte de las escuelas era de 8:00 a 12:00 y de 2:00 a 5:00 o sea 7
horas de clases.
Generalmente
el mayor número de niños asistía en las mañanas no en las tardes, el 80% de los
alumnos tenían entre 6 y 10 años, aunque algunos solo tenían 4 años y otros 14
años.
LAS ESCUELAS RUDIMENTARIAS
En estas escuelas solamente se enseñaban a
hablar, leer y escribir el idioma castellano y a ejecutar las operaciones
fundamentales y usuales de la aritmética. Es entonces cuando se crea la Ley Federal de
Instrucción Rudimentaria. Las escuelas nacidas en virtud de esa ley se llamaron
escuelas rudimentarias porque en realidad, solo habían sido concebidas para
alfabetizar e impartir los rudimentos de la instrucción. Después algunos
maestros comenzaron a denominarlas irónicamente escuelas de peor es nada,
porque es claro que peor era que en las áreas rurales no hubiera habido
escuelas de ninguna clase.
En esta ley se consideraba lo siguiente: enseñaran a hablar, leer y escribir el castellano y a ejecutar las operaciones fundamentales y usuales de la aritmética, se impartirían las clases a dos cursos a lo sumo, no era obligatoria y se impartiría a quienes asistan, sin distinción de edad ni sexo, distribuir alimentos y vestidos a los educandos que los necesitaran en medida de la posibilidad del gobierno. Pero ésta no era la escuela que el indio y el mestizo de las áreas rurales necesita, porque con ella y sin ella la vida de miseria y de incultura que llevaba seguía permaneciendo en el mismo plano inferior en que se encontraba.
Por tal motivo se realizó una encuesta a varias personas de diferentes profesiones acerca del tema de las escuelas rudimentarias, tal encuesta resultó sumamente interesante, pues enriquece ampliamente en todas sus direcciones cardinales el concepto de la escuela que debería ponerse en lo porvenir al servicio de la población rural, india o no india, del país.
Algunos dijeron que lo que se necesitaba era educación y no instrucción, otros mas opinaron que no se comenzara la tarea de crear escuelas sino hasta cuando estuvieran listos los maestros competentemente preparados en las escuelas normales rurales y, una opinión mas era de que los maestros destinados a las regiones indígenas hablaran los idiomas que ahí mismo se practican.
En esta ley se consideraba lo siguiente: enseñaran a hablar, leer y escribir el castellano y a ejecutar las operaciones fundamentales y usuales de la aritmética, se impartirían las clases a dos cursos a lo sumo, no era obligatoria y se impartiría a quienes asistan, sin distinción de edad ni sexo, distribuir alimentos y vestidos a los educandos que los necesitaran en medida de la posibilidad del gobierno. Pero ésta no era la escuela que el indio y el mestizo de las áreas rurales necesita, porque con ella y sin ella la vida de miseria y de incultura que llevaba seguía permaneciendo en el mismo plano inferior en que se encontraba.
Por tal motivo se realizó una encuesta a varias personas de diferentes profesiones acerca del tema de las escuelas rudimentarias, tal encuesta resultó sumamente interesante, pues enriquece ampliamente en todas sus direcciones cardinales el concepto de la escuela que debería ponerse en lo porvenir al servicio de la población rural, india o no india, del país.
Algunos dijeron que lo que se necesitaba era educación y no instrucción, otros mas opinaron que no se comenzara la tarea de crear escuelas sino hasta cuando estuvieran listos los maestros competentemente preparados en las escuelas normales rurales y, una opinión mas era de que los maestros destinados a las regiones indígenas hablaran los idiomas que ahí mismo se practican.
CARENCIA DE CONTENIDO SOCIAL DE LA EDUCACION
PÚBLICA EN EL REGIMEN PORFIRISTA
Dorantes el régimen de Porfirio Díaz se logro integrar un sistema
de instrucción oficial en el distrito y territorios federales que abarcaba
desde el jardín de niños hasta la universidad, con los elementos que
proporcionaron los gobiernos de benito Juárez y Sebastián lerdo de tejada, esta
educación se preocupo por formar un hombre individualmente, al servicio del
sistema imperante, y no atendió la instrucción popular en sus etapas rural,
técnica y agrícola.
El porfirismo y la
escuela rudimentaria
El 24 de marzo de 1911, para responder a las aspiraciones de la
opinión publica renunciaron los miembros de la administración que encabezaban
el general Porfirio Díaz y Ramón corral.
El 28 de marzo rindieron protesta los nuevos funcionarios entre
los que se encontraba Jorge Vera Estañol, secretario de instrucción publica y
bellas artes, quien el 10 de mayo de 1911 presento a la cámara de diputados,
por acuerdo del presidente la iniciativa de ley para establecer en la republica
escuelas de instrucción rudimentaria, en los siguientes términos:
Art.1º.- las escuelas de instrucción rudimentaria tendrán por
objeto impartir y difundir entre los individuos analfabetos, especialmente los
de raza indígena, los conocimientos siguientes 1) el habla castellana. 2) la
lectura. 3) la escritura. 4) las operaciones de aritmética.
Articulo 2º.- estas escuelas serán independientes de las de
educación primaria, de las cuales estarán separadas.
Articulo3º.- la instrucción rudimentaria se desarrollara cuando
mas en dos cursos anuales.
Articulo 4º.- el ejecutivo ira estableciendo oficialmente las
nuevas escuelas o fomentando el establecimiento privado de ellas en las
diversas partes de la republica, a medida que lo vayan permitiendo los recursos
de que disponga.
Articulo 5º.- los preceptos de esta ley no restringen ni afectan,
dentro de cada estado, la observancia de las leyes de instrucción que estos
expidieran.
Tampoco restringen ni afectan la aplicación de leyes vigentes de
educación primaria en el distrito y territorios federales.
Articulo 6º.- dentro de sus facultades constitucionales el
ejecutivo reglamentara esta ley.
Esta fue una medida
desesperada del gobierno de Porfirio Díaz por demostrar su interés por el país,
la educación y los beneficios de la cultura en todo el territorio nacional.
El documento se aprobó
rápidamente en lo general, para después hacerlo en lo particular. Las galerías
no lo permitieron; en el público que abarrotaba la cámara de diputados exigía
la renuncia del general Díaz y de ramón corral. La dirección de la cámara se
vio en la necesidad de suspender la sesión y se logro aprobar solamente el
artículo 1º y 2º del proyecto de ley.
Después de la renuncia de
Díaz asumió de inmediato la presidencia de la republica Francisco León de la
Barra, se aprobó el proyecto en lo particular solo el articulo 6º no lo fue.
EL PLAN
DE SAN LUIS
El Plan de San Luís Potosí fue un documento político proclamado
desde San Antonio, Texas, por el líder del movimiento revolucionario mexicano y candidato presidencial del Partido Nacional
Antireeleccionista, Francisco I. Madero. Este manifiesto convocaba a levantarse en
armas el 20 de noviembre de 1910, para llevar a cabo el derrocamiento del porfiriato, el establecimiento de
elecciones libres y democráticas,
así como también se comprometía a restituir a los campesinos las tierras que
les habían sido arrebatadas por los hacendados.
Muy pronto llegaron a la
Ciudad de México las copias del Plan de San Luís, la prensa
capitalina informaba del desarrollo de un complot, el 18 de noviembre de 1910 fue descubierta una conspiración contra Díaz en la ciudad de Puebla. Esa conjura estaba dirigida por Aquiles Serdán, quien junto con su familia fue asesinado
por la policía. Sin embargo, como respuesta a la proclamación de Madero
comenzaron a surgir levantamientos armados a lo largo de México en noviembre de
1910, que finalmente culminaron con la renuncia de Porfirio Díaz, el triunfo de
Madero en las elecciones presidenciales de 1911, así como la Revolución mexicana, que duraría alrededor de una década y
cobraría la vida de cientos de miles de mexicanos. La sucesión presidencial de
enorme resonancia en el país no obstante sus deficiencias sirvió de punto de
apoyo para la formación del partido anti reeleccionista, que llego a contar con
numerosos clubes en casi todos los estados de la republica y de cuyos seno
surgieron como candidatos para presidente y vicepresidente Francisco I. Madero
y Francisco Vásquez Gómez
Con
el tiempo, el partido canalizo el descontento y la miseria popular y del campo,
de las fábricas y de la lucha política hacia el logro del ejercicio
democrático. El plan de San Luís declaro políticamente nulas las elecciones
generales que se acababan de efectuar e invito al pueblo para que tomara las
armas y coadyuvara el derrocamiento de la dictadura. En la última instancia
puede afirmarse que fue el art.3° del plan de San Luís el que dio origen a
nuestra revolución social, ya que en el fundo la revolución mexicana no tuvo
sus causas, como aparentemente pudiera pensarse en las razones políticas. El
sufragio efectivo y la no reelección fueron solo el pretexto, el motivo
superficial, pues los grandes sectores del pueblo no actuaron al lado de madero
y de los caudillos que los siguieron, impulsados por esos principios, ya que
desconocían el significado de estas palabras. El movimiento armado se extendió
por todo el territorio nacional y el general Díaz se vio obligado a renunciar
asumió provisionalmente la presidencia francisco, león de la barra como puente
constitucional teniendo entre la revolución y la dictadura por la transacción
de Ciudad Juárez pero el 26 de mayo nació el primer gobierno maderista.
EL 30 DE MAYO DE 1911 EL
CONGRESO FEDERAL EXPIDIÓ EL SIGUIENTE DECRETO PROMULGADO POR EL PRESIDENTE DE
LA REPUBLICA EL 19 DE JUNIO DEL MISMO AÑO:
Art. 1º.- se autoriza al
ejecutivo de la unión para establecer en toda la republica escuelas de
instrucción rudimentaria, independientes de las escuelas primarias existentes,
o que en lo sucesivo se funden.
Art.2º.- las escuelas de
instrucción rudimentaria tendrán por objeto enseñar principalmente a los
individuos de la raza indígena a hablar, leer y escribir castellano y a
ejecutar las operaciones fundamentales y mas usuales de aritmética.
Art.3º.- la instrucción
rudimentaria se desarrollara, cuando mas, en dos cursos anuales.
Art.4º.- estas escuelas se
Irán estableciendo y aumentando a medida que lo permitan los recursos de que
disponga el ejecutivo.
Art.5º.- se le autoriza
igualmente para fomentar el establecimiento de escuelas privadas rudimentarias.
Art.6º.- la enseñanza que se
imparta conforme a la presente ley no será obligatoria y se dará a cuantos
analfabetos concurran a las escuelas, sin distinción de sexos ni edades.
Art.7º.- el ejecutivo deberá
estimular la asistencia a las escuelas, distribuyendo en las mismas alimentos y
vestido a los educandos, según las circunstancias.
Art.8º.- esta ley no afecta
la observación de las que en materia de instrucción obligatoria estén vigentes
o rijan en lo sucesivo en los estados, en el distrito federal o en los
territorios.
SOLUCIONES
En el mismo documento el
ingeniero Pani señala que para tratar de resolver el problema era necesario:
1) modificar el ordenamiento
jurídico puesto en vigor por el anterior gobierno, con objeto de hacer
realizable y útil el programa de estudios que ordena.
2) buscar una forma de
organización tal que permita, de acuerdo con el articulo 1° del mismo decreto,
ampliaciones posteriores, pero produciendo siempre el rendimiento máximo según
los recursos de que sucesivamente se pueda disponer.
Esto fue publicado en los
periódicos para escuchar la opinión del publico la buena aceptación de esta
propuesta disgusto a pino Suárez quien había autorizado dicha acción, lo que
trajo la renuncia de Pani y por consiguiente el fracaso de las escuelas
rudimentarias.
Durante la época de
victoriano huerta volvió a la secretaria de instrucción pública Vera Estañol
autor de dicho proyecto quien nuevamente quería impulsar las pocas esuelas que
quedaban, pero con la caída del régimen prácticamente murieron estas escuelas.
Estos fueron los primeros intentos de la federalización de la educación en
México.
Las demandas de los grupos revolucionarios
Francisco I Madero no
advirtió que los efectos de los tratados de ciudad Juárez de 1911, permitirían
que la situación se mantuviera como en el porfiriato, esto debido a que en la
presidencia y en el congreso de la unión se mantenía gente del antiguo régimen.
Ante la convención del
partido constitucional progresista, en agosto de 1911, madero fijo su posición
respecto a la cuestión social, expreso que la pequeña propiedad solo podría
desarrollarse lentamente, pues tenia como principal obstáculo la defectuosa
repartición de la propiedad, la que no obstante tenia que respetarse, pues que
cualquier legislación futura debía tener por base el principio de la propiedad.
Debido a que la mayoría del
gabinete de madero servían al antiguo régimen l jefe del poder ejecutivo era
débil lo cual aprovecharon para que este exigiera a Emiliano zapata su
rendición inmediata, ya que este solicitaba inmediatamente una ley agraria,
destinada a mejorar las condiciones inhumanas en que seguían viviendo los
campesinos, especialmente los del estado de Morelos.
Le jefe de la revolución no
cedió ante esta petición por lo que rompieron lazos, zapata vio que a madero le
importaban mas los problemas económicos de la clase acomodada que los
campesinos por lo que el y los suyos publicaron el plan de Ayala.
EL
PLAN DE AYALA
El Plan de Ayala fue una
proclamación política, promulgada por el jefe revolucionario
mexicano Emiliano Zapata, dentro de la Revolución mexicana el 28
de noviembre de 1911, en el que desconoció el gobierno del
presidente Francisco I. Madero, a quien acusó de traicionar las causas
campesinas. Aunque en el Plan de San Luis Potosí sólo se consideró la revisión de los juicios
sobre la tenencia de la tierra durante el porfiriato.
En dicho plan, los zapatistas llamaban a las armas para restituir la propiedad de
las tierras a los campesinos, pues se sostenía que las tierras habían sido
arrebatadas al pueblo por caciques, hacendados y terratenientes, y deberían ser devueltas a sus dueños originarios.
Su lema fue: "Reforma, Libertad, Justicia y Ley".1 Por
ello el Plan sostiene que los campesinos deben presentar sus títulos de
propiedad, los cuales en su mayoría eran de tipo comunal y se originaban en el
virreinato, estos títulos habían sido declarados sin valor bajo las condiciones
de la Ley
Lerdo, que formaba
parte de las Leyes de Reforma, por lo que había sido fácil legalmente hablando
el despojo de tierras que los comuneros no trabajaban. El plan fue firmado por
Emiliano Zapata y Otilio Montaño.1 Fue
publicado el 15 de diciembre en el periódico Diario del Hogar.2
El revolucionario del norte, Pascual Orozco, también se adhirió al plan de Ayala en febrero
de 1912, Madero encargó a Victoriano Huerta enfrentar a las tropas de Orozco, quien fue
derrotado, aunque en realidad, Orozco nunca tomó en cuenta el plan zapatista en
su programa político, ya que sus objetivos eran contrarios a los de Zapata.
Cuando Victoriano Huerta asumió el poder ejecutivo
gracias a un golpe de estado y asesinando a Madero en 1913, Orozco se unió al
usurpador. Zapata, indignado por la conducta de Orozco, el 30 de mayo de 1913
hizo reformas al plan de Ayala, en las cuales ahora desconocía a Huerta como
presidente y declaraba a Orozco traidor a la Revolución de hecho, Zapata fusiló al padre de Orozco, al mismo tiempo que rechazó
la propuesta que le hacía Orozco cuando trataron de convencer al caudillo del
sur de que se uniera a Huerta, tomando el mando de las tropas adheridas a
dicho plan Emiliano Zapata, quien declaró que no descansaría hasta que ambos
traidores fueran derrotados y que los ideales del plan de Ayala se hicieran
realidad.3
DECRETO REFORMADOR DEL PLAN DE GUADALUPE
Después del antagonismo entre madero y zapata, se produjeron otros
acontecimientos: la sonada de Félix Díaz y bernardo reyes, la traición de
victoriano huerta que culmino con los asesinatos del presidente madero y del
vicepresidente pino Suárez y la farsa de la transmisión del poder ejecutivo,
hechos que colocaron al pueblo frente a un nuevo dictador
. EN LAS ADICIONES DEL PLAN DE GUADALUPE DECRETADAS EL 12 DE DICIEMBRE DE
1914, SE ESTABLECE LO SIGUIENTE:
Art. 1º.-
Subsiste el Plan de Guadalupe del 26 de marzo de 1913 hasta el triunfo completo
de la Revolución y, por consiguiente, el C. Venustiano Carranza continuará en
su carácter de Primer Jefe de la Revolución Constitucionalista y como Encargado
del Poder Ejecutivo de la Nación, hasta que vencido el enemigo quede
restablecida la paz.
Art. 2º.-
El Primer Jefe de la Revolución y Encargado del Poder Ejecutivo expedirá y
pondrá en vigor, durante la lucha, todas las leyes, disposiciones y medidas
encaminadas a dar satisfacción a las necesidades económicas, sociales y
políticas del país…
Art.3º.-
Para poder continuar con la lucha y para poder llevar a cabo la obra de
reformas a que se refiere el artículo anterior, el Jefe de la Revolución, queda
expresamente autorizado para convocar y organizar el Ejército
Constitucionalista y dirigir las operaciones de la campaña; para nombrar a los
gobernadores y comandantes militares de los Estados y removerlos libremente.
La
reforma del artículo 3º. de la Constitución
Durante
el último año de la presidencia del general Abelardo Rodríguez, quien
esporádicamente manifestó su desacuerdo a las violaciones constitucionales, el
tema de la educación socialista pasó de la universidad a todas las áreas
sociales y ya desde diciembre de 1933 se habla de la existencia de un proyecto
de ley con ese propósito atribuido a la diputación de Jalisco. En enero de 1934
diputados y senadores declaran que la reforma la presentará el Partido Nacional
Revolucionario por conducto del Instituto de Estudios Económicos; en marzo se
habla de que el proyecto se trasladará a la siguiente Legislatura con
intervención de la Secretaría de Educación Pública y en junio el propio PNR
declara que se prepara para desarrollar intensas actividades en todo el país a
fin de realizar los acuerdos del Plan Sexenal en el que la educación primaria y
secundaria se basará en las doctrinas socialistas.
El Jefe
Máximo de la Revolución, Plutarco Elías Calles, cuya palabra era ley, advirtió
que no obstante la alharaca provocada por las organizaciones controladas por el
Estado en preparación a la implantación de la enseñanza marxista, el grueso de
la sociedad civil la rechazaba, diciendo que era sólo un puente para el
establecimiento del comunismo en México, por lo que decidió intervenir
personalmente en uno de los campos más álgidos de la confrontación:
Guadalajara, donde los universitarios propulsores de la autonomía y libre
cátedra tenían controlada la federación estudiantil e ilustraban al pueblo, en
plazas y centros de reunión, sobre los graves riesgos de que el país aceptara
la educación socialista.
El 20 de
julio de 1934 Calles habló al pueblo de Jalisco expresamente sobre la reforma
al artículo 3º. de la Constitución. Era sólo un ex presidente, pero todos
sabían que su autoridad era absoluta sobre los poderes y que ya había designado
a Lázaro Cárdenas como su sucesor. Su mensaje fue conocido como el Grito de Guadalajara y dijo, entre otras cosas, que los eternos enemigos de la Revolución la
acechan y tratan de hacer nugatorios sus triunfos... es necesario que entremos
al nuevo periodo de la revolución, que yo le llamaría el periodo de la
revolución psicológica; debemos entrar, apoderarnos de las conciencias, de la
conciencia de la niñez, de la conciencia de la juventud, porque la niñez y la
juventud deben pertenecer a la Revolución... no podemos entregar el porvenir de
la Revolución a manos enemigas. Con toda la maña los reaccionarios dicen que el
niño pertenece al hogar, que el joven le pertenece a la familia; doctrina
egoísta, el niño y el joven pertenecen a la colectividad...
Calles
seguramente, no conocía a su contemporáneo Gramsci, pero su propuesta era la
misma: el apoderamiento por el marxismo de la razón, que por naturaleza es
crítica y libre.
Después
de tan graves afirmaciones la juventud de Guadalajara reafirmó su convicción
libertaria la maquinaria oficial aceleró la marcha de la reformay el día 23 la
Comisión legislativa, encabezada por los diputados Alberto Bremauntz y Alberto
Coria, entregó al Congreso su proyecto de enmienda constitucional, publicándolo
la prensa dos días después.
En su
punto crucial decía: La educación que se
imparta será socialista en sus orientaciones y tendencias pugnando porque
desaparezcan prejuicios y dogmatismos religiosos y se cree la verdadera
solidaridad humana sobre la base de una socialización progresiva de los medios
de producción económica.
Apenas
conocido el proyecto dentro y fuera del gobierno la pregunta era ¿A qué tipo de
socialismo se refieren? ¿Hasta dónde se quiere llegar con la socialización
educativa? ¿Van a la implantación del comunismo, como en Rusia?... así lo
cuestionaba un editorial de Excélsior de ese día. El 31 de julio la rectoría de
la Universidad
Nacional declaró que se oponía al proyecto por ser dogmático
y porque coartaba la autonomía establecida. La secundaron de inmediato el
Consejo Universitario y la Federación Estudiantil que junto con los
universitarios de Guadalajara, Durango y Monterrey iniciaron huelgas de
protesta por la socialización de sus casas de estudio. Igual ocurrió con la
prensa independiente. El diario El Informador de Guadalajara dijo en su
editorial del 2 de agosto: Nuestra
Constitución no es de carácter socialista, (no determina que México es una
República Socialista) sino liberal y democrática; por lo mismo no se puede
comprender por qué la escuela debe adoptar aquel principio político frente a un
régimen que no lo es, porque la Constitución, por el hecho de fijar los derechos
del obrero y dar reglas para la práctica de cultos religiosos de cualquier
confesión, no es propiamente socialista...
Un
segundo proyecto de reformas propuso La
Educación socialista desde el kinder hasta la universidad aclarando que El socialismo por el que pugnan es el
Socialismo Científico y encauzamiento para implantar el Estado socialista.
Dentro del PNR la polémica fue estremecedora y de sus comisiones salió la
propuesta de "excluir a la universidad privada de la educación
socialista", como ocurrió al final.
En su
redacción definitiva, aprobada por el Senado el 11 de octubre de 1934, el
primer párrafo del artículo tercero dice:
La educación que imparta el Estado será socialista y, además de excluir toda doctrina religiosa, combatirá el fanatismo y los prejuicios, para lo cual la escuela organizará sus enseñanzas y actividades en forma que permita crear en la juventud un concepto racional y exacto del universo y de la vida social.
La educación que imparta el Estado será socialista y, además de excluir toda doctrina religiosa, combatirá el fanatismo y los prejuicios, para lo cual la escuela organizará sus enseñanzas y actividades en forma que permita crear en la juventud un concepto racional y exacto del universo y de la vida social.
El
educador Alvear Acevedo comentó: Nunca
la tendencia a la concentración del poder, en materia educativa, tuvo tales
caracteres de monopolio, de estatismo y de negación rotunda de derechos
particulares.
La ley
estaba aprobada, pero ¿cómo aplicarla? Vicente Lombardo Toledano, Narciso
Bassols, Ignacio García Téllez, Alejandro Gómez Maganda y otros encabezaban
reducidos grupos capitalinos de estudiosos del marxismo, como Alberto Bremauntz
en Michoacán, Tomás Garrido Canabal en Tabasco y José Guadalupe Zuno, Margarito
Ramírez y Enrique Díaz de León en Jalisco, pero la casi totalidad del
magisterio estatal no tenía la menor idea sobre el materialismo
histórico-dialéctico que debería estar en la base de sus enseñanzas.
El
ameritado profesor Rafael Ramírez, Jefe del Departamento de Escuelas rurales de
la Secretaría de Educación Pública, dijo inocentemente al presidir una
convención de maestros en 1935: La
escuela socialista que andamos buscando ahora con tanto anhelo y para lo cual
no hemos podido formular la doctrina todavía, ni hemos encontrado aún las
prácticas que deban integrarla, estén seguros señores maestros, de que ella
existe…Para estas alturas, el poder y la voluntad política no eran ya de
Calles, sino de Cárdenas, quien declaró que la escuela socialista parte de la abolición del régimen económico
individualista para sustentar la urgente necesidad de una economía
colectivizada. Más claro no pudo haber sido.